domingo, 24 de febrero de 2013

Gustavo Adolfo Bécquer

GUSTAVO ADOLFO BECQUER






Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida,  más conocido como Gustavo Adolfo Bécquer,  nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836 y  murió en Madrid en 1870.
Su padre muere cuando tenía 5 años y pocos años después, cuando tenía  11, muere su madre.
Los ocho hermanos quedan mal económicamente y se reparten entre los familiares. Él  junto a su hermano Valeriano, que llegó a ser un conocido pintor, y al que estuvo muy unido durante toda su vida, fue criado por su madrina.
Empieza a realizar estudios náuticos en Sevilla y estudia Bellas Artes, pero su vocación era la de escritor, así que se marcha a Madrid, donde escribe para diversos periódicos y revistas.  Realiza labores de redactor, periodista, traductor , escritor de zarzuelas y un sinfín de oficios.
En Madrid conoce a Julia Espín y se enamora de ella pero ésta lo rechaza, de este amor fallido surgen sus primeras rimas. Poco después, en 1860, se casa  con Casta Esteban, hija de un médico al que él visitaba y con la que tiene tres hijos, de los que siempre se preocupó y a los que quería y cuidaba con esmero.
Enferma gravemente y se va a vivir, junto con su hermano Valeriano al monasterio de Veruela, donde escribe la mayor parte de sus leyendas y la obra en prosa “cartas desde mi celda”.
Y donde también se dedicó a pintar porque,  aunque era su hermano el que se dedicaba a la pintura, al igual que el padre de ambos, Gustavo Adolfo Bécquer era un gran dibujante.
Durante su vida solo publicó parte de una obra, tan extensa y ambiciosa que nunca se terminó,
“La historia de los templos de España”.
Sus obras solo se publicaron a su muerte y fueron sus amigos los que recopilaron todo el material que había escrito y se encargaron de su publicación.


Sus obras
A pesar de que su obra poética no es demasiado extensa, Bécquer ocupa un puesto de primera importancia en la lírica mundial.
Poetas como Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez lo admiraban y fueron muy influidos por su obra.

Dámaso Alonso dice de él:
El gran hallazgo, el gran regalo del autor de las rimas  a la poesía española, consiste  en el descubrimiento de esta nueva manera que, con solo un roce de ala, despierta un acorde en lo más entrañado del corazón y, la voz ya extinguida,  lo deja –dulce cristal conmovido- lleno de resonancia.


Las Rimas

Escribió un total de 84 rimas, son composiciones breves de dos, tres o cuatro estrofas, fueron publicadas en diversos periódicos y revistas entre 1859 y 1871, en 1868 y las entregó en un manuscrito a su amigo, el ministro González Bravo, pero saquearon su casa durante la revolución de ese año y su manuscrito desapareció.

 Bécquer las volvió a rehacer  y las incluyó en un libro que tituló “Libro de los gorriones” que se conserva en la biblioteca Nacional, en Madrid.

En realidad fueron sus amigos los que un año después de la muerte de Bécquer los que publicaron sus obras.

Las leyendas

Bécquer fue también un magnífico escritor de prosa, Las leyendas son veintiocho relatos con bastantes tópicos románticos.

El misterio, lo sobrenatural (maese Pérez el organista, El miserere, el rayo de luna)

Lo exótico, oriental o morisco (El caudillo de las manos rojas, La rosa de pasión)

Lo religioso o milagrero (El cristo de la calavera)

O lo costumbrista aliado con lo prodigioso (La venta de los gatos)

También escribió en prosa sus “cartas desde mi celda”, durante una estancia, junto con su hermano Valeriano en el monasterio de Veruela.

Y una multitud de artículos periodísticos de extraordinario valor.


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